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©Sonia Jiménez Tirado

Suena

Lo inevitable se vuelca a los pies como el agua que sobresale del vaso, reventando los límites de la consciencia y elevando el grito al filo de mi mundo, allí en donde los sueños caen y nunca se levantan.
Mientras suena aquella canción de corazón roto, contengo el alma amarrada a la melodía nítida de un piano que quiere pronunciar tu nombre. Conspiran las notas como pequeñas heroínas que pretenden salvarte del desdeñable olvido.
Mordaz y loca, la razón arruina las piedras que fuimos levantando juntos, adobe de pasión y amor secados al sol; sol que despuntó mientras clareaba la luna...
Replica un do menor que se eleva hasta entumecer mis sentidos, amparados en una caricia más... suplicando la agudeza de tus manos sobre mi piel.
Escucho... engrandeciendo la única parte inmaterial de mí, dejándome ir en un torrente desbordado repleto de ti... el mismo que corre por mis miembros erizándome por entero en cada sorbo, en cada recuerdo... en cada suspiro.
Y mientras se va apagando el sonido vivo de un te quiero, cierro los ojos y me regalo al olvido.
Suena la melodía de aquel piano.




sJt.

Después

Después de haber vivido como locos, bajáis la mirada en una inercia estúpida, en nombre de una decencia desordenada que os renombra de una tácita cordura que os reseca la vida.
Después de que hasta la primavera envidiara a vuestro invierno, regresáis al amparo de una lucidez gélida que os hiela el por venir.
Después de que el amor os atravesara la vida, en un alarde de virtuosismo, aireáis una penosa entereza que os mata decentemente.
Después de haberle mordido al destino sin miedo, pretendéis alimentaros de un cariño asténico que no es más que el testigo de un fracaso.
Después de haber vivido noches sin más límites que la piel, os cobijáis bajo la soledad del insomnio que arde en vuestra cama... después...
Vosotros mismos os convertís en habitantes de un paraíso a la sombra, confiando en una eternidad efímera que devora las ansias. Vosotros... que palidecéis uno frente al otro, estrangulándoos las miradas, condenándoos a una dolorosa ceguera de ojos abiertos que os muestra de lejos la condición natural del cielo, ese, que habéis vivido de cerca. Sois vosotros los que abriréis cajones vacíos, en busca de un pasaporte en blanco...en busca de esos días que ahora aún tenéis por vivir y que entonces sólo serán una homilía o un comentario mal escrito en algún margen.
Después de casi ahogaros en silencio y despedidas, incluso de sobrecargar de mala conciencia y de razón el platillo de la balanza... incluso después de todo... el amor es el único latido que os mantiene vivos.



sJt


Con mucho cariño a todos esos que huyen del amor y en especial a dos.

"Para el amor no hay tregua en la vida, ni para vida hay tregua en el tiempo".

Sed felices, que el tiempo apremia.

Permíteme, en la voz de Beatriz Salas

Muy buenas tardes, amigos, no creáis que me olvido de este nuestro maravilloso mundo, pero el tiempo, a veces, acelera su tic tac y a duras penas, nos deja espacio para recuperar el aliento. Hoy, he tenido el placer de recibir un precioso regalo de nuestra compañera Beatriz Salas y quería compartirlo con vosotros. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.




Me despido de vosotros, no sin antes invitaros a un paseo por su blog, y deseándoos un muy Feliz Año 2012. Prometo volver e ir poniéndoos al día. Si os apetece leer, aquí tenéis mi último artículo en Diario Jaén.

Un enorme abrazo... al alma. Sed felices que el tiempo apremia.